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Hoy me siento: Rencoroso.

¿Yo? ¿Rencor? Jamás...

Igual no es una de mis características más evidentes, igual y no.

Al son de Manolo García, que aunque lo parezca no es mi padre, busco la inspiración para escribir. Para escribirle a esa persona que desde la otra punta del mundo anhela una palabra mía. Para escribirle a esa otra que se sienta con un té en su incómoda silla de oficina a ver las horas pasar tras los píxeles de la fría pantalla de su ordenador.

¿Qué puedo contarle a esa persona que no sepa ya? Consejos no sé darlos, no soy quien. No tengo mundo ni experiencias suficientes. Dormí una vez en un cajero, pero no sé lo que es la indigencia. Estuve más de un día sin comer, pero no sé qué es el hambre. Viví más de una semana sin un céntimo en el bolsillo, pero no sé que es la pobreza.

¿Qué puedo enseñar? ¿Que no dejo de ser un ser humano mediocre, del montón, de esos grises que pasan a tu lado por la calle sin tocarte? Es muy fácil destacar, lo difícil es pasar desapercibido... quedarse en un lado y ver como todo avanza menos tú.

Joder, odio escribir como si fuera alguien importante y tuviera algo que decir... Me doy vergüencita. No me lo tengas en cuenta.

* * *


Jornadas de despedidas cargan mi espalda y mi cabecilla. Las cargan de tal manera que me sobrepasa en algunos momentos, aunque no queda otra que ser fuerte y seguir p´alante.

No es momento de bajar la cabeza y lloriquear por las esquinas las penas. Eso es de cobardes y de cierto sector homo.

El mal está hecho, ¿no? Pues ahora que ya has hecho todo por arreglarlo y no ha más solución lo que queda es coger una de esas gomas cuadradas rositas marca MILAN y borrar todo lo malo y feo y empezar desde el punto inicial, como quien ha conseguido una puntuación de la hostia en el SuperMario pero se olvidó de guardar y acaba de perderlo todo. A empezar desde el primer castillo, avanzar e intentar cargarte a Bowser en el octavo nivel.

Muy pobre esta comparación, ¿no? Es lo que hay, como dije antes soy un tipo del montón... Te guste o no... Me tienes que querer o me tienes que odiar.

Besacos y abrazos varios.

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Mal de uno consuelo de tontos

No voy a poner el enlace, me parece estúpido darle publicidad gratis a uno o varios retrasados mentales.

Mi queja del día va para uno/s "aficionado/s" del Celta que se alegran de la reciente lesión de Filipe Luis. No logro entender qué gracia o qué beneficio les aporta que una persona (salgo ya del mundo del fútbol) a la que ni conocen ni conocerán se haya roto el tobillo y se pierda lo que resta de temporada. Me parece triste, ruin y despreciable. Más allá de que yo sea aficionado del Depor. A mí no me alegró en absoluto cuando Oubiña se cascó la rodilla hace unos años, todo lo contrario, me jodió porque es un grandísimo jugador que vio truncada su carrera por una desafortunada lesión. Más allá de una camiseta, hay una persona. ¿Se alegrarían igual si fuese de otro equipo? Eso es lo que hay que pensar. Puede que sean aún más palurdos de lo que aparentan.

Desde aquí todo mi apoyo a Filipe Luis y un lapo en la cara del que escribió esa mierda.

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21 días engañando.

Esta entrada va en particular por el atraco a mano armada (y nunca mejor dicho) que me hicieron anoche. Todos conocemos ese sucio programa donde se dedica durante 21 días a un estilo de vida.

La hijadefruta prometía que iba a hacer porno y sólo se vieron glandes flácidos y tetas de actriz porno (= pellejos plastificados). Yo (y todos) quería ver como se la petaba un manubrio XXL o como le lamía la puntita del flautín a un paisano. ¿Era tanto pedir? La queja se extiende a lo general de la publicidad engañosa. Para empezar: no es legal. Evidentemente sé que nunca dijo que lamería nada, pero tampoco lo negó para mantener a la peña al pie del cañón (nunca mejor dicho II). Y eso me parece una actitud sucia y despreciable. Me recuerda en exceso a esos programas telecinqueros llenos de niñatas operadas y de chuliboys sin dedos de frente en los que te prometen "acción, discusiones durísimas y patadas en cojones" que nunca son tal o si lo son es porque está todo planeado.

Programas de mierda en los que la publicidad pone los límites. ¿Quieres ver una discusión de las buenas? Vete a la puerta de una discoteca a las 6 de la mañana. Allí no hay guión ninguno. Tienes los mismos personajes de pacotilla: zorrupias y malotes que aún no acabaron la ESO. Y sin publicidad, oiga. Y sin maricones con lengua viperina que despiezan al personal sin compasión escudados en un rol que poco a poco se está haciendo peligrosamente un hueco en la televisión. No tengo problemas con los gays, tengo problemas con los que se piensan que parten el bacalao y ser mejores sólo por salir en un programa lleno de putitas y de chuloplayas.

Nunca veo Telahínco. Me repugna. Me da arcadas. Me llena de odio ver a gente que por unos minutos de ¿gloria? dice que se la chupó a "nosequién" o que se tiró a "nosecuantas". Podría decir que odio casi tanto a esos como a los que lo ven, pero son la mayoría de mis allegados. Sin ir más lejos mi vieja se deja los ojos en uno donde un calvo inflao de esteroides le dice a dos tetas de silicona y un par de patorras si le cunde o no. Sin hablar del programa más triste todavía: gh. Meter a un grupo de apestosos monos en una jaula sin comida sería más agradable que aguantar un segundo a la Mierdeces Milá. Aprende a envejecer, pellejo con patas. No te vayas de enrollada y de joven de espíritu cuando lo que tienes entre las tetas es el ombligo.

Puaj! En serio... no lo aguanto. Es que además son calcos unos programas de otros: tiene que haber un marica, un transexual, un chuloputas, una zorrita (o doce), un hippie, una vieja, un freak, un minusválido o todo eso en la misma persona.

Parafraseando a Jesucristo en el Killzone: Dame el arma de Rico y acabaré con esos jodidos Helghast.

En fin... mi odio no tiene límites... así que no me tiréis de la lengua.

Un beso o dos. Según se tercie.

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Confesión

Sí, confirmado. Estoy enamorado. No diré de quien, no soy tonto. Estas cosas se saben, pero se callan.

Ser extrovertido y reservado no cuadra en la misma personalidad. No obstante, dentro de la balsa de aceite que soy, cae de vez en cuando una gota de agua que, cómo decirlo, rompe esa calma.

Paso de ser transparente, cristalino a ser un mar picado de sentimientos encontrados donde todo se extrema: lo bueno es genial, lo malo, horrible.

Pasar un día por eso es infernal. Pasar por esa situación más de un mes te vuelve loco, consigue llevarte más allá del lugar donde la razón y la paranoia se dan el relevo. Eso es, una carrera donde pasas por distintos estados: enfado, alegría, confusión, desconfianza, miedo, impotencia, tristeza, ... Y todo por una mísera gota. ¿Te lo puedes creer? Una gota... una simple gota... ¿o acaso es algo más? ¿Puede ser esa gota la persona que te llena por dentro? Puede... Puede ser, tranquilamente ser ese ser afín a ti, con el que vas a pasar el resto de tu vida. Alguien que te de fuerzas para respirar, para sonreír, para llorar, para querer, para perder la razón.

No creo en el concepto alma gemela. Es decir, creo, pero no creo que puedas acabar con tu alma gemela retozando en la misma cama, mirando sus ojos bajo la lluvia y creyendo morir de lo bonito que es ese momento. ¿Por qué? Porque la gracia del amor es no saber qué pasa por la mente de la otra persona. Si sabes qué hay tras esa mirada, matas la magia. Tu persona ideal debe tener tantas cosas en común como distintas y opuestas. Debes tener algo por lo que discutir, arreglarlo y reconciliaros.

¿Hay algo más agradable que el sexo pos-discusión? Si lo hay, no quiero saberlo.

...


Ahora me hallo en ese torbellino de ideas que es mi cerebro en situaciones adversas. Y en medio de todo ese océano de pensamientos... una luz. Ella. Un faro que ilumina la tormenta que es en estos momentos mi situación. Suena excesivamente poético, vacío de sentimiento, como sacado de cualquier libro de seducción de pacotilla.

Puede serlo, puede no serlo. Sólo yo lo sabré. El caso es que así me encuentro yo ahora, sentado en la cama, escuchando canciones tristes que activen mi imaginación. Pensando en ella, mirando sus fotos, leyendo sus palabras, riéndome de la vida, disfrutando en la distancia, ...

Así... Así estoy yo. Hoy.

Un beso.

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Comiéndomelo bien frío

"Hoy es uno de esos días..."

Muchas veces empezamos así nuestros pensamientos... ya sea por la menstruación como por alguna patada intertesticular de la vida.

Hoy, manque me preocupe un embarazo no deseado, es por lo segundo. Y ¿pa qué angustio al personal?

Buena pregunta. Buena, no excelente. Aún así, contestaré.

La vida, caprichosa hija de fruta, te está constantemente dando unas pocas vueltas. Hoy sonríes viendo una caída y mañana eres tú el que se despeña por un bancal de fresas.

No sé que es un bancal, pero intuyo que tampoco es una barbaridad de precipicio. No obstante: te caes. Ergo... te haces pupita diopeich.


Me se ha entendido lo que quería expresar, ¿no? Quiero decir que todo se compensa. Alguien sufre y tú, tonto redomado, te descojonas. Disfrutas del dolor de otro. Coño! Por qué? Porque eres más tonto que cagar de pie. Y punto.

Pues ahora vas y te jodes. Mendrugo.

Ya está, ya lo he dicho.

Lo pasado es pasado. El presente, también es pasado. Lo pasado, pasado está.

Pasado... pasado... sí, yo también creo que voy "pasado" de drogaína. Y no debe ser de la buena, porque me está dando un vuelque excesivamente nervioso.

No me extiendo. Lo que quería comunicar ya lo he hecho. Para todo lo demás, Masterjarls.





http://www.youtube.com/watch?v=hXuJeat0q9Q