El kraken

Tuve, como muchos otros, un entrenador bastante peculiar. Su forma de ser y expresarse distaba mucho de la elegancia y del saber estar. Unos le tachaban de sincero, otros de bruto. Odiado y amado a partes iguales se ganaba la vida repartiendo sabios consejos futbolísticos, salpicados de no menos interesantes anécdotas que amenizaban la hora y media de entrenamiento. Si me pidierais destacar alguna posiblemente me cerrasen el blog por contenido inapropiado y vejatorio para la mujer, así que prefiero no reproducir nada que no sea políticamente correcto. Al hilo de esto viene el tema del que quiero despacharme hoy:

"Tómala tú, que yo no la quiero". 

Frase que muchos hemos usado delante de un plato con contenido biodesagradable o escuchada en algún casting porno entre dos actrices poco profesionales. Él (mi entrenador, en paz descanse) solía emplearla para referirse a situaciones donde había que desprenderse rápido del balón, en dos toques como mucho. En este caso, no tiene nada que ver con las acepciones anteriores. Se aproxima a la segunda, con pequeñas pinceladas de los otros dos y se usa en momentos clave del acercamiento, seducción y penetración a una chica. Sí, suena muy fuerte, muy grosero, poco cortés y todo lo que queráis, pero éso es así y no hay cómo cambiarlo.

Estoy hablando de esos momentos donde, sin comerlo ni beberlo, te ves en una repartición de "hembras", como si de ganado se tratase. Siempre ha pasado, incluso en dirección opuesta. Todos nos hemos visto dentro, sin capacidad de reacción, sin poder salir de ese bucle que te arrastra a tener que cubrirle las espaldas a un colega...

No hace mucho me ocurrió un "tómala tú, que yo no la quiero". Una de esas anécdotas que empiezan a las once de la noche en tu casa, donde disfrutas de algún programa de la MTV, comiendo pipas y rascándote las bolas con suavidad. Una llamada, una oferta cojonuda y tu culo desplazándose hacia el centro de la ciudad. Allí te encuentras con la cruda realidad: la oferta no era tan buena como la pintaban. Te habían prometido veinte personas y sólo hay dos (tu colega y su amigo). Te habían prometido chicas y sólo hay mingas. Te habían prometido risas y recuerdas entierros con más cachondeo. Haciendo de tripas corazón tiras p´alante con lo que hay, intentando pasarlo bien. Después de unos cuantos cacharros y de unos bailes, llega el fatídico momento: repartición de panes y de peces.

- Tres tías: una morena, una rubia y una pelirroja. Yo me descarto por motivos obvios y tras escuchar comentarios groseros, obscenos, faltos de tacto y machistas (y jachondos, ¿por qué no decirlo?) al final me toca "comerme un risketto". Te lo digo tó y no te digo ná. Mis dos acompañantes van a lo suyo y yo mientras aguantando al butrul. Una vez que le encuentro el puntillo a Chester Cheeto y logro entablar una conversación   me entran ganas de orinar. Al volver veo al "amigo de mi amigo" metiéndole ficha a mi Simply Red.





Como la tía me importa un cagao, dejo que vaya a lo suyo. En ese momento llega mi colega y me pregunta "qué hago ahí solo". Le comento como fue la jugada y es entonces es cuando descubro la aterradora verdad: no es la primera vez que levanta una conquista.

- A mí ya me la lió una vez. Le dije: me mola Fulanita. Él dijo: Bah, toda tuya. Al despistarme estaba metiéndole fichas a dolor e intentando entrarle. Qué mal me cae.
Oír esas palabras mientras veía al "colega" trabajarse a la red-hair, hicieron que me sintiera como el GATO OMG:




No podía entender cómo puede alguien ser tan ratilla de ir a levantarte ligues (en mi caso fue más un favor que otra cosa, todo hay que decirlo) y seguir de fiesta contigo como si nada. Es más, si a mí colega le hizo eso, ¿por qué le invita a salir con nosotros? Y por eso se lo pregunté:

- Oye, una cosa... que no te parezca mal... pero si no te cae bien, ¿por qué lo traes?
- No lo sé, por pena... es que no tiene amigos.

¡NORMAL! Enrollándose con ex-novias de amigos, ligándose a las que le molan a tu colega y entrándole a una "tómala tú, que yo no la quiero"... Eso no es de gente de bien, eso es de gente podrida por dentro, eso es de cabrones redomados. Sobre decir que le perdimos de vista a propósito, que nos encontró y que volvimos a darle por las calicatas del guardabarros. Pues sí, estoy yo como para aguantar a un kraken caprichoso que se rige por la ley del "culo veo, culo quiero". ¡Mis huevos en almíbar a la intemperie! Aquí, el "without-friends" de los cojones, yéndose de enrollado, de graciosillo, tirando de colegueo máximo, para después levantarte a la pelo-whiskey caducao... no, amigo, no. Eso no es así.

MORALEJA: Andaos con ojo, hay mucho Kraken sin amigos suelto por el mundo, ansioso por devorar al Jack Sparrow que te estés trabajando y joderte toda la noche (sí, ayer vi Piratas del Caribe...).

En fin, siento el tostón... Duerman bien, yo lo intentaré.

btemplates

1 comenta:

Anónimo dijo...

ya no te digo sobre "amigas" furcias.. argg!! asco de gente.

Publicar un comentario